Aprobada en el IV Congreso de la Internacional Comunista

Noviembre de 1922

El IV Congreso de la Internacional Comunista aprueba la actividad del Secretariado Internacional de la Mujer de Berlín. El Secretariado de la Mujer trabajó de modo tal para que en todos los países donde existe un movimiento revolucionario las mujeres comunistas se adhieran a las secciones de la Internacional Comunista, sean educadas y se interesen en los trabajos y en las luchas del partido. Además, el Secretariado expandió la agitación y la propaganda comunista en las grandes masas femeninas y movilizó a estas últimas en defensa de los intereses de las masas trabajadoras.

El Secretariado Internacional de la Mujer logró vincular en los diferentes países el trabajo de las mujeres comunistas con la lucha de los partidos comunistas organizados y de la Internacional Comunista. Consiguió, de acuerdo con los partidos comunistas, profundizar y consolidar las relaciones internacionales entre las mujeres comunistas organizadas en esos partidos. Toda su actividad se desarrolla en completo y permanente acuerdo con el Comité Ejecutivo, según las directivas y las decisiones del Congreso Mundial de la Internacional de las Mujeres Comunistas celebrado en Moscú.

Los organismos especiales creados a raíz de esas decisiones (Secretariado Internacional de la Mujer, secciones de la mujer, etc.) y los métodos particulares utilizados en el trabajo de los partidos comunistas con las mujeres demostraron ser no solamente útiles sino también indispensables para lograr la difusión, en los sectores más profundos de las trabajadoras, de las consignas y las ideas comunistas.

En los países de régimen capitalista, había que actuar en primer lugar entre las mujeres proletarias, decidirlas a defenderse contra la explotación de los capitalistas, a luchar por derrotar a la burguesía e instaurar la dictadura del proletariado. Por el contrario, en los Estados soviéticos era preciso sobre todo atraer a las obreras y campesinas en todos los dominios de la producción y de la vida social a la organización del Estado proletario y educarlas para facilitarles el cumplimiento de los deberes que le competen. La significación internacional de la Rusia de los Sóviets, primer Estado obrero formado por la revolución mundial, posee gran importancia para la acción comunista entre las trabajadoras en todas las secciones de la Internacional Comunista donde el proletariado debe apoderarse del poder político, condición para la transformación comunista de la sociedad. La actividad del Secretariado Internacional de la Mujer para Oriente, que realizó en un ámbito nuevo y particular un eficaz trabajo, también evidencia la necesidad de organismos especiales para el trabajo comunista entre las mujeres.

Desgraciadamente, el IV Congreso de la Internacional Comunista comprueba que algunas secciones no han cumplido o sólo lo hacen muy superficialmente su deber, que consiste en apoyar sistemáticamente el trabajo comunista con las mujeres. Hasta ahora, ni aplicaron las reglas de la organización de mujeres comunistas en el partido ni crearon los organismos del partido indispensables para el trabajo con las mujeres.

El IV Congreso exige que esas secciones realicen de inmediato las tareas que descuidaron. Además, solicita a todas las secciones de la Internacional Comunista que asignen una particular atención al trabajo comunista con las mujeres. El frente único proletario sólo puede ser realizado si las mujeres forman parte de él. Una sólida vinculación entre los partidos comunistas y las trabajadoras permitirá a estas últimas, en ciertas circunstancias, abrir el camino para el frente único proletario en los movimientos de masas revolucionarios.

La Internacional Comunista debe reunir, sin distinciones, a todas las fuerzas del proletariado y de las masas trabajadoras, e infundirles la conciencia revolucionaria necesaria para la lucha que destruirá el poder de la burguesía.